Los reflejos primitivos, esenciales para la supervivencia del recién nacido, han sido tradicionalmente estudiados desde una perspectiva neurológica.
También desde el punto de vista conductista se han considerado como conductas jerárquicas básicas del sistema nervioso y de ahí el nombre de “primitivos” o “primarios”.
Sin embargo, actualmente la teoría de los sistemas dinámicos ofrece una visión alternativa y contemporánea que puede enriquecer nuestra comprensión de estos reflejos.
La teoría de los sistemas dinámicos considera que los sistemas cambian con el tiempo, es decir, no cambian sólo las propiedades estáticas que observamos. Aplicada al desarrollo motor infantil, esta teoría sugiere que los cambios en los reflejos primitivos no son simplemente el resultado de la maduración neural, sino que además este desarrollo está influenciado por una variedad de factores, incluyendo el entorno y la experiencia.
Esther Thelen, una destacada investigadora en este campo revolucionó la forma de contemplar el desarrollo motor y su estudio. Sus investigaciones introdujeron nuevos conceptos en el estudio del desarrollo motor, colocándolo en el nivel más elevado de la consideración investigadora y desarrollando la teoría de los sistemas dinámicos.
Según esta teoría, en lugar de considerar los reflejos primitivos como meros indicadores de la maduración neural, podríamos verlos como manifestaciones de sistemas dinámicos en acción. Este enfoque nos permite apreciar la complejidad y la adaptabilidad del desarrollo motor infantil.
En conclusión, deberíamos considerar que los reflejos primitivos son «Manifestaciones Dinámicas del desarrollo inicial del neonato» o reflejos del desarrollo. Este término reconoce su origen en las primeras etapas de la vida, pero también destaca su naturaleza cambiante y adaptable en respuesta a una variedad de factores, en línea con la teoría de los sistemas dinámicos.