El reflejo de agarre palmar lo podemos observar en respuesta a la presión ejercida sobre la palma de la mano de un niño recién nacido, y provocará el cierre de sus deditos alrededor del objeto que está ejerciendo la presión (Peiper, 1965).

El reflejo tiene dos partes:

  1.  Primero, un ligero toque en la palma de la mano provoca una flexión rápida y evidente de los dedos de la mano.
  2. En segundo lugar, la aplicación de un estímulo propioceptivo en la palma de la mano provoca una flexión sostenida de los dedos junto con una tracción de los tendones flexores que agarra fuertemente el objeto usado para el estímulo.

El agarre es tan fuerte que el bebé sería capaz de sostener el peso de su propio cuerpo si estuviese colgado sujeto por sus puños (Gallahue y Ozmun, 1982; Illingworht, 1960; Peiper, 1965).

Se considera que el reflejo palmar, junto con el reflejo de agarre plantar, es un vestigio de un estadio previo de la evolución humana cuando el niño necesitaba agarrarse al pelo de su madre para sobrevivir. El reflejo es incluso mucho más fuerte en los monos recién nacidos (Peiper, 1965).

El reflejo de agarre palmar está vinculado con los movimientos necesarios para la succión, de hecho, en los primeros cuatro meses de vida se puede observar un nexo entre la succión y el movimiento de la mano también llamado reflejo de Babkin o reflejo palmo mentón.

¿Cómo afecta que el reflejo de agarre palmar permanezca activo?

Este reflejo se puede observar cuando se ejerce una ligera presión sobre la palma de la mano se produce un movimiento de apertura de la boca junto con un movimiento de flexión y rotación de la cabeza. En este caso, si el reflejo se queda activo puede afectar al lenguaje y al uso independiente de las manos posteriormente.

El reflejo de agarre palmar ayuda a inhibir el reflejo de Moro. Si el reflejo de Moro se estimula en un recién nacido al que se le ha colocado previamente un objeto en una de las manos para obtener el reflejo de agarre palmar, la reacción del reflejo de Moro sólo se dará en la otra mano.

Sin embargo, si colocamos un objeto en ambas manos, el reflejo de Moro no aparecerá en ambas manos (Blythe, 2009; Illingworht, 1960; Peiper, 1965).

El reflejo comienza a inhibirse cuando el niño comienza a dejar caer objetos a voluntad, un hito importante que le ayudará a desarrollar posteriormente movimientos mucho más hábiles tanto en las manos como en los dedos.

Este aumento de la destreza manual está directamente relacionado con la maduración de las vías piramidales.

Si el reflejo de agarre palmar no se inhibe nos encontraremos poca destreza manual, la pinza de agarre no estará adecuadamente desarrollada, la palma de la mano será hipersensible al tacto, y los movimientos de los dedos y de las manos no estarán disociados y no será completamente independiente, de forma que afectará a la calidad y legibilidad de la escritura.

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